La pequeña población de Muro de Aguas asistió, un año más, a la cita veraniega que el calendario riojano de montaña tiene en sus rampas. El adelanto de fechas sobre las previstas –para evitar la coincidencia con la multitudinaria subida a la Bien Aparecida– restó participantes en su lista de inscritos, pese a lo cual el Automóvil Club de Arnedo consiguió reunir a una treintena de pilotos.

La presumible victoria de Arnau, vencedor también de la edición de 2000, dejaba el interés del público en la pelea por el resto de las posiciones de podio y por la evolución de los pilotos locales. Ya desde la manga de entrenamientos los interesados en las primeras plazas dejaron claras sus intenciones, ya que la mayoría de ellos repetirían posiciones tras la disputa de las dos cronometradas oficiales.

La escasa longitud del recorrido, unida a la bonanza meteorológica, favorecieron que, pese a las mejoras paulatinas según se desarrollaban las mangas, los pilotos conservaran sus posiciones, viéndose obligados a contar con las centésimas en muchos de los casos en los que, tres o más pilotos, mantenían sus puestos manga tras manga.

A la postre, y tras la disputa de las cronometradas “de verdad” José Vicente Arnau consiguió ser, un año más, el más rápido, seguido de la barqueta de José Tovar y del incombustible Mitsubishi de Daniel Estévez. Increíblemente rápido, el aragonés Raúl Lasierra conseguía la cuarta plaza, y el cada día más competitivo Mitsubishi de Alfonso García la quinta, siendo el primer riojano en alcanzar la meta. La sexta plaza era para el fórmula del navarro Fermín Villar, al que seguían los Williams de Richard Garrido y Juan José Argáiz.

Tras ellos, y en una pelea que duró también toda la carrera, entraban Javier Vallilingua, que rompía su Renault 11 Turbo en la última de las mangas, el BMW de Álvaro González y Francisco Arbina, que conducía el Citroën AX de Alberto Garraza. Estos tres pilotos entraban en meta en el breve lapso de 34 centésimas. También lo hubiera hecho Luis Ángel Muñoz, que sufría un trompo en la última subida, mostrándose muy rápido y más seguro que de costumbre. Francisco Conde, que sólo efectuó la última manga, y los navarros Andoni Ojer y Aitor Erro completaron la lista de los 15 primeros de la general.

Por otro lado cabe destacar el debut en las competiciones denominadas “grandes” de Diego Ezquerro, proveniente de los slaloms y la presencia de David Jiménez que hacía gala de su afición haciendo correr en asfalto su Ford Fiesta de tierra.

El transcurso de la carrera estuvo ausente de incidentes, con la excepción de la avería sufrida por Vallilingua, desarrollándose con la celeridad necesaria para que los que abandonaban las cunetas pudieran contemplar el Gran Premio de Formula 1 o disfrutaran de la comida popular que la organización celebró en Muro de Aguas.