La proximidad del fin de año, fecha en la que –como es sabido– las licencias federativas pierden su validez, y el aliciente de la posterior cena hizo que 20 fueran los inscritos en la prueba que cerró la temporada riojana, para aprovechar los derechos satisfechos hasta el último momento.

Roberto Iglesias, con el Peugeot 205 recién reparado tras su accidente en Valdezcaray, se convirtió en el auténtico protagonista de la noche, venciendo de forma incontestable a los tenores del campeonato, aventajando en dos segundos al primero de los Ruiz, Ernesto, al que siguió, ocupando la tercera plaza del podio, el soriano Jesús Valdenebro. Cabe reseñar que el Ford Fiesta de los Valdenebro no tuvo su tarde, aquejado de problemas mecánicos, además de no contar con los neumáticos adecuados.

La cuarta plaza fue para el segundo de los Ruiz, Óscar, un segundo por delante de un sólido Diego Ezquerro –que se mostró muy satisfecho con su actuación– quien abría un pelotón de cuatro pilotos, enzarzados en una pelea dentro del mismo segundo: Rubén Valdenebro, Juan Carlos Alonso y David Azcona, mostrando a las claras que la competitividad es moneda de cambio en los slaloms.

Ya en la novena posición entraba Daniel Estévez quien, si bien no tradujo su conducción en segundos, si que realizó el milagro del espectáculo, consiguiendo no trazar ni un solo metro del recorrido sin cruzar su Mitsubishi. La décima plaza fue para Luis Ángel Muñoz, que estrenó un reconstruido Kart-Cross, que le sirvió para hacer manos, intentar la conducción fina y desesperarse en una manga, impactando contra el bordillo.

Ni que decir tiene que el incondicional público arnedano acudió en buen número, disfrutando de un espectáculo que terminó bien entrada la fría noche del 29 de diciembre... y con las miras puestas en las espectaculares novedades que tendrán lugar dentro de la especialidad en la temporada 2002.