III Rallyspriny Valcidacos / Villa de Préjano

Arrabal pudo con Piñeiro

El navarro Sindo Piñeiro no pudo digerir la presión a la que era sometido desde la segunda plaza por Arrabal y cometió un error que, además de relegarle al tercer puesto del cajón, otorgaba la victoria al riojano, puesto por el que venía peleando en todas las carreras disputadas desde el comienzo de temporada.

 

Fiel a la tradición que le señala como uno de los recorridos más duros de cuantos se emplean en La Rioja para la práctica del deporte del motor, la tercera edición del Rallysprint Valcidacos Villa de Préjano vio, con gestos de esperada confirmación por parte de los aficionados asistentes, el abandono de diez de los pilotos inscritos y la llegada, renqueante, al ralentí de algunos de los finalmente clasificados.

 

El primero en abandonar fue el arnedano Richard Garrido, que daba varias vueltas de campana y dejaba su GT Turbo para el arrastre. La mancha de aceite que provocaba su accidente obligó a la organización a neutralizar el tramo, con lo que sólo ocho fueron los pilotos que se clasificaron con su tiempo real. Arrabal fue el más rápido, adelantando en casi un segundo a Piñeiro, en trece a Vergara y en quince a Santi Arteche, que no parecía rodar muy fino. Estos eran los únicos cuatro equipos capaces de rodar por debajo del limite de los seis minutos y, por tanto, los candidatos al triunfo final.

 

Piñeiro en cabeza

El primero de los recorridos que devolvía a los participantes a la salida tuvo como protagonista a Sindo Piñeiro, quien, ya concentrado en la carrera y con la referencia del anterior tiempo de Arrabal, le endosaba tres segundos y se hacia con la scratch provisional. Tercero era Arteche, aunque cedía otros trece segundos ante el navarro, por lo que todo hacia pensar que a lucha por el triunfo era cosa de dos. Perfecto Espinosa abandonaba por accidente y Eugenio Pascual, aunque conseguía llegar a fin de tramo, lo hacia parado con el motor de su Renault 11 Turbo sobrecalentado y sin agua.

 

Piñeiro volvia a marcar su ley en el tramo A2, que se cifraba en otros tres segundos sobre Arrabal y doce sobre Arteche, y el recorrido pasaba factura a Álvaro González, que derramaba el aceite de su BMW 320 al romper el carter tras golpear con una piedra. También recibían su correspondiente factura Alfonso García, que veia como se producía un pequeño incerdio en su GT Turbo; y Sergio Herranz, que abandonaba tras sufrir un accidente con su 309. Por la parte de atrás, y recuperándose con mucha rapidez, los hermanos Parrilla comenzaban una particular pelea con ellos mismos y sus tiempos comenzaban a verse rebajados entre pasada y pasada. En esta ocasión fueron 9 los segundos que limaban con respecto a la primera pasada, lo que les colocaba en la pelea con Antonio Ortuño por la victoria entre los GT Turbo.

 

También merced a una calculada regularidad, Juan José Argáiz se iba haciendo poco a poco con la quinta plaza, sin ser inquietado por ningún piloto y sin poder aspirar a plazas superiores, aunque garantizándose, un lugar destacado en la general.

 

Arrabal reacciona

En cabeza y con siete segundos de ventaja, Piñeiro salía al B2 mas confiado y, a la postre, cedía cinco segundos con Arrabal quien, casi calcando sus tiempos de pasada en pasada y demostrando encontrarse muy adaptado a su Evo V, marcaba su segundo scratch parcial y dejaba reducida la ventaja de Piñeiro a tan sólo dos segundos. Arteche seguía compitiendo fuera del potencial de su vehículo, y no podía alcanzar a los dos de cabeza pero era inquietado, ¡y de que manera!, por Tomás Vergara, quien le apeaba de la tercera plaza provisional tras la disputa del A3, al ceder diez segundos y dejar reducida la ventaja de Arteche a tan sólo dos. Bonillo, que había circulado hasta ese momento casi en tierra de nadie, era adelantado por los hermanos Parrilla, que continuaban su espectacular remontada, tras ganar tramo a tramo la pelea con Ortuño.

 

Errores, aciertos y averías

Con estas escasas diferencias, el ultimo tramo de la jornada iba a proporcionar mayores sorpresas, ya que Piñeiro golpeaba el puente trasero de su Sierra Cosworth y, pese a poder llegar a meta y finalizar la carrera, cedía un minuto y cuarenta y siete segundos con Arrabal, lo que no sólo le privaba de la victoria, sino que le relegaba a la tercera plaza, al ser adelantado por Arteche. Éste, por su parte, veía como Tomás Vergara, con el que mantenía dos escasos segundos de ventaja, rompía su motor sin poder llegar a final de tramo. Así, Arteche, de esta manera, dejaba atrás el temor a ser quinto y pasaba a la segunda posición ¡en un sólo tramo!

 

El abandono de Vergara alzaba a Argáiz hasta una excepcional cuarta plaza, siendo de destacar que, entre su mejor y su peor manga, sólo había siete segundos. Los hermanos Parrilla fueron quintos y, tras protagonizar la más espectacular remontada de la jornada, descubrieron que lo habían hecho con un soporte de motor roto y, con un peculiar estilo marinero-automovilístico, efectuaron una reparación de fortuna que consistió en sujetar el motor con la cinta de un arnés.

 

El grupo N fue para Arrabal, seguido de Arteche y Argáiz. La victoria en grupo A fue para Sindo Piñeiro, seguido de Iñaki Cordovilla. La victoria en el R correspondió a Parrilla, seguido de Andrés Bonillo y Antonio Ortuño. Por divisiones, la VII fue para Piñeiro, seguido de Bonillo; la VI para Arrabal, al que secundaron Arteche y Parrilla; la V para Francisco Javier Herrero; la III para Cordovilla, seguido de Paco Domínguez, y la división pequeña fue a manos de Carlos Jaraíz.