El retorno de Roberto Iglesias, actual campeón en titulo de la especialidad, se saldó con una victoria inapelable que relegó a los hermanos Lejárraga al segundo y tercer puesto, demostrando así que las mejoras aplicadas a su, ya de por si vencedor, Peugeot 205 han dado sus frutos. Los del fórmula Fiesta tuvieron de nuevo problemas con el reenvío de la caja de cambios (quedándose ésta en segunda) pese a lo cual obtuvieron las siguientes plazas del podio sin ninguna oposición.

La tercera carrera de las puntuables para el campeonato de este año, que se desarrolló sobre el mismo trazado de las dos anteriores y también bajo la organización del Automóvil Club de Arnedo, reunió a una quincena de pilotos. Entre ellos, y además de la ya reseñada reaparición de Roberto Iglesias, se encontraba el piloto del Nacional de Tierra Daniel Estévez, quien compartía el Renault 11 Turbo de su habitual copiloto, Nuria Aragón. Una lástima no poder disfrutar de su agresividad, ya que su participación terminó en los entrenamientos con el embrague destrozado. Con Iglesias imponiéndose en todas las mangas, incluyendo una exhibición en la última de ellas, y los hermanos Daniel y Diego Lejárraga como fieles escuderos, la cuarta plaza final fue para el navarro David Berasáin, a los mandos de un Kart Cross, quien fue de menos a más a lo largo de la carrera. Tras éste, y ya a la considerable distancia a la que su mecánica les obliga, entraban Jesús Ortega y Daniel Peña, quienes demuestran a las claras que el conocimiento del recorrido comienza a darles resultados.

Tras ellos otra pareja, la formada por los hermanos Rubén y José Sáinz, cambiaban de vehículo para la ocasión, pilotando un Opel Corsa GSi y, como queriendo mostrar a las claras su consanguinidad, sus tiempos finales terminaron siendo muy parejos. Ernesto Ruiz, miembro también de otra de las parejas presentes, aventajo a su hijo en casi cuatro segundos, aunque entre ellos entraban el Citroën AX Turbo de Luis Ángel Muñoz (mas sólido en el apartado de suspensiones) y el Corsa GSi del también navarro Josean Azanza.

Cerrando la clasificación entraba el local Miguel Ángel Gónzalez, que estrenaba un buggy con motor Citroën, que contaba como característica fundamental el carecer de frenos en el tren delantero, con lo que, pese a no realizar unos tiempos nada destacables, si recibió el reconocimiento del publico por su espectacularidad.

El campeonato riojano de slaloms sobre asfalto sufrirá ahora, por lo que se pudo deducir de los comentarios de algunos organizadores, un obligatorio parón, ya que el Automóvil Club de Arnedo debe concentrar sus esfuerzos en la organización de la Subida a Clavijo, que se celebrara el próximo 25 dejunio.