La climatología se convirtió en protagonista en la prueba inaugural de la Challenge de Slaloms del Automóvil Club de Arnedo, que sirvió también para descorchar la temporada automovilística en la Comunidad de La Rioja. La amenazante lluvia, que no cesó durante las dos mangas de carrera, fue juez y parte del desarrollo de la misma, mermando las posibilidades de algunos de los presentes y provocando más sustos y bordillazos de los esperados.

@normal:Roberto Iglesias, haciendo gala una vez más de su virtuosismo en la especialidad, marcó el mejor tiempo en todas las mangas (entrenamientos y carrera), no dio ninguna esperanza a sus perseguidores y dejó las otras plazas del podio para un tan sorprendente como efectivo Diego Ezquerro (a más de 4 segundos) y para el siempre espectacular Daniel Estévez quien, con la monta de ruedas de tierra, mejoró sus tiempos hasta quedar a 12 centésimas de Ezquerro.

Francisco Hernández, estrenando un Renault 5 GT Turbo, se hizo con la cuarta plaza, en durísima pelea con un cada día más centrado Luis Ángel Muñoz. La sexta plaza fue para un fino Alberto Sáenz, quien exprimió las posibilidades de su Golf para conseguir dejar al Lancia Integrale de Urbistondo 6 décimas por detrás. En octava y novena posición entraban Ernesto y Óscar Ruiz, actuales campeón y subcampeón de la especialidad, a los que las cosas no les fueron demasiado bien al no adaptarse su Opel Corsa descapotado a las especiales condiciones del trazado. La última plaza del top-ten fue a manos del navarro José Antonio Azanza, al que la lluvia no le dejó demostrar toda su sabiduría en la conducción de los pequeños monoplazas de tierra.

El público acudió en buen número, ya que el Automóvil Club de Arnedo hizo coincidir la prueba con las fiestas de la localidad, aunque lo desapacible de la climatología terminó por disuadir a los espectadores, quedando en las últimas mangas sólo los aficionados incombustibles. El circuito trazado en las calles del Polígono El Raposal fue el ya conocido de anteriores ediciones, aunque dados los tiempos realizados –que casi igualan a los de los realizados en la Subida a Arnedo–, bien valdría que se reconsiderara su longitud para evitar los frecuentes retrasos.