El piloto navarro Pancho Egozkue se impuso en la XXXII Subida a Clavijo al superar a los monoplazas de Jesús SantaMaría y Aitor Erro, únicos pilotos capaces de hacerle sombra por el potencial de sus monturas. La carrera se disputó en una mañana que comenzó soleada para terminar gris y fría, aunque la lluvia sólo hizo acto de aparición durante el acto de entrega de trofeos.

Egozkue fue muy superior en todas las mangas de carrera, rozando incluso el récord de la prueba, todavía en manos de Zabaleta con un tiempo algo inferior a los 2 minutos. Egozkue consiguió detener el crono en 2.03 en la mejor de sus tandas, aunque hay que reconocerle el mérito de rebajar sus cronos subida tras subida. Jesús Santamaría, vencedor del año pasado, rodó en los mismos tiempos de la anterior edición, ocupando la segunda posición, pero siéndole imposible acercarse a los tiempos del navarro. El tercer clasificado fue el joven piloto pamplonés Aitor Erro, quien necesita todavía aclimatarse a su vehículo, una barqueta espectacular.

El BRC 1000 de Daniel Lejárraga le sirvió para ser el mejor piloto local, pero fue achuchado en la última manga por la durísima pelea que mantenían Rubén García y Luciano Arrabal por la quinta y la sexta plaza, saldada, por segunda ocasión consecutiva, por un margen inferior al segundo. Arrabal había conseguido imponerse con cierta autoridad tanto en entrenamientos como en la primera oficial, siendo muchos los cronómetros “cuneteros” que enmudecieron tras la llegada de ambos pilotos a meta: la clasificación general daba finalmente a García una diferencia de 12 centésimas.  Especialmente meritorias fueron las labores de Daniel Estévez, a quien le tocó este año dar el espectáculo a los mandos de su Escort Cosworth WRC, y la de Roberto Iglesias, al volante de un espectacular Renault 5 Turbo «Tour de Corse», quien, más acostumbrado a ser jaleado en todas las horquillas del recorrido y a ofrecer cruzadas a degüello con su indestructible Opel Manta, se vio obligado a ir, muy rápido, “por lo negro”, siendo recompensado con la octava posición final.

Detrás entraban Luis Carlos Villanueva, tan espectacular como eficiente a los mandos de un Speed Car prestado; Alfonso García, quien demostró haberse hecho con los mandos de su montura peleando hasta el último momento por mejorar su posición, y Manolo Aguirre que, pese a no prodigar sus apariciones, continúa teniendo un buen feeling con su habitual Sierra Cosworth.

Ricardo Tricio compitió por primera vez en La Rioja con su nuevo Citroën ZX, mostrando que la evolución sigue en pleno ascenso. Antonio Ortuño, por su parte, regresaba a la competición tras un año en el dique seco y conseguía ser primero entre los “soplillos”.

En el capitulo de los incidentes, hay que destacar que ninguno de ellos tuvo consecuencias para los pilotos, aunque si forzaron algún retraso de la carrera. La última edición de la carrera más emblemática de La Rioja contó con 57 pilotos en la linea de salida, de los que 53 lograban clasificarse, y contó con una afluencia de publico que, sin llegar a las cifras de la edición anterior, sí dio el color habitual a las rampas de Clavijo. La amenaza de lluvia y otros atractivos deportivos el mismo día restaron, sin duda, público al evento.